Gracias Señor por tu palabra de consuelo. A pesar de nuestra condición, ante tus ojos las siete iglesias son vistas como candelabros de oro. Gracias Señor por tu amor y misericordia. Gracias Señor por esa exhortación de amor. Ayúdanos a ser esa Filadelfia aprobada ante tus ojos, socórrenos de nuestra tibieza. Enséñanos a amarte y a anhelarte.