No es amor.. El que cambia cuando un cambio encuentra.. es un faro imperturbablemente fijo.. que no tiende a distanciarse en la distancia.. Es esa estrella para todo barco sin rumbo...

Cuando leo ese poema de Shakespeare.. me asaltan dudas y me pregunto; ¿En qué minuto todo esto se perdió?¿En qué minuto dejamos de amar y ser correspondidos?¿En qué minuto toda pasión quedo nublada?.. A veces creo que es tan cierta esa frase que califica al corazón como algo engañoso, que si no logramos estar totalmente cuerdos y preparados caemos en el vicio de confiar ciegamente en el, dejamos que ese Zahir como bien dice Paulo nos lleve a la locura.. A una locura dulce en un principio, pero que silenciosamente nos lleva a un final letal. El ser humano por naturaleza es un ser individualista e infiel. ¿Por qué entonces sorprendernos de estas cosas?.. Porque siempre confiamos en ser la excepción antes que la regla, porque siempre creemos que esta vez si estamos haciendo las cosas bien, creyendo que el amor lo es todo, el amor del hombre, cuando en verdad es lo esencial, pero no lo suficiente.. Ya nadie cree en los finales de cuentos de hadas, ya nadie se entrega al amor creyendo que cada persona es única, que cada compañero nos deja y entrega algo que nadie mas en el mundo puede hacer.. Porque si asi fuera, nadie iria por la vida creyendo estar enamorados y cambiando los ojos únicos por otros que creemos son los respectivos. Nadie dejaria pasar la oportunidad de tener a alguien único por alguien simplemente especial.


Y como bien concluye Shakespeare al final de su soneto.. Si esto es erróneo y se me puede probar, yo nunca nada escribí, ni nadie nunca amó..