Vuelvo al fin sin humillarme,
sin pedir perdón ni olvido.
Nunca el hombre está vencido: su derrota es siempre breve,
un estímulo que mueve
la vocación de su guerra,
pues la raza que destierra
y la raza que recibe
le dirán al fin que él vive dolores de toda tierra.
Vuelvo- Inti-illimani.